Entre más ocupados estamos, más productivos somos. ¿Cierto o falso?

Hace días me encontraba scrolleando mi feed en Instagram como de costumbre, y me topé con una publicación que en tres renglones cambió totalmente mi perspectiva sobre la productividad. Este post, single-handedly vino a desarmar por completo mi concepto de productividad, un concepto que social e históricamente se nos ha impuesto y que ha sido causante de muchos cuestionamientos personales y sobre todo de mucha culpa.

Se estarán preguntando, ¿qué decía el mentado post en Instagram? A grandes rasgos hablaba de que el ser productivo no estaba estrictamente relacionado con trabajar duro, tener largas jornadas de trabajo, así tal cual, palabras más, palabras menos. Hacía mención que no sólo el trabajo te hace ser una persona productiva: el cumplir tus deberes  personales diarios, el realizar actividades recreativas, el self-care e incluso mencionaba que el dormir (¡¡¡SIII, EL DORMIR!!!) te vuelve una persona productiva. A todo esto, obviamente en mi cerebro hubo un micro-reseteo estilo Windows 2000, y quedé (como diría la chaviza). Bastante confundido cerré Instagram y bloqueé mi teléfono, verdaderamente fue para mi una revelación.

Esta publicación me cambió totalmente el panorama, pues como buen millenial de los 90s, fui criado bajo esta cultura del trabajo exhaustivo y muy sacrificado. Creo que la mayoría crecimos en una cultura bastante culpabilizadora y bastante severa a la hora de juzgar nuestro desempeño laboral, una cultura que no nos permite disfrutar el sacar nuestro trabajo en menos tiempo de lo requerido y una cultura que nos obliga a caer en las ya famosísimas “horas nalga”.

Después de este breve rant sobre la odiosa cultura laboral en México, volvamos al tema, entonces ¿Qué es ser productivo? Y para esto me di a la tarea de buscar varias definiciones en internet, y para sorpresa de nadie, todas hablaban sobre la relación tiempo:trabajo, esfuerzo:resultados, y en lo personal me parece que para ser 2022, esa definición es obsoleta. Vivimos en una era post-pandemia donde todo lo que conocíamos cambió, y nosotros debemos avanzar hacía un lugar donde no todo gire en torno a “cuanto trabajo sacamos en el día”. Necesitamos una cultura que no solo vea a la persona que trabaja doce horas como exitosa o productiva, es necesario comenzar a tomar en cuenta las necesidades personales como prioritarias también.

Respondiendo a la pregunta inicial,  “entre más ocupados estamos, más productivos somos. ¿Cierto o falso?”, me atrevo a responder que “cierto”: Debemos ocuparnos del trabajo, pero también de nosotros, tratando de encontrar un balance que nos funcione y que no afecte nuestro desempeño laboral y que tampoco merme nuestra vida personal. Debemos ocuparnos en realizarnos como seres humanos y no como seres meramente profesionales, porque somos más que las entregas, los reportes o los resultados.

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