Hablar de Puebla desde el punto de vista de marketing, es hablar de un mercado sumamente complejo y complicado que cumple con características que lo han hecho el mercado de prueba por excelencia de México.
Y es que aparte de tener una ubicación privilegiada en cuánto a la industria, una gastronomía muy peculiar y una tradición católica muy fuerte, el aspecto cultural del consumidor y cliente poblano, lo hace sumo exigente pero muy preocupado de su economía, siendo así, un consumidor ideal para saber si un concepto puede tener éxito en el resto del país, “si pega en Puebla, pega en donde sea“.
Hemos visto a lo largo de los años una constante: restaurantes, antros y bares que abren y cierran todo el tiempo. Conceptos nuevos que sólo te motivan a visitarlos una vez, que quieren ser todo al mismo tiempo pero no tienen un diferenciador. Están en tendencia porque copiar es el día a día, pero no tienen nada que perdure y que logre hacer que permanezcan.
Y es que conocemos otros lugares que pueden ser sencillos o sofisticados, pero te ofrecen “algo” que es único y que hacen que el consumidor poblano o que vive en Puebla, regrese una y otra vez.
Ya sabemos que en mercados, taquerías o puestos, simples cosas como la salsa o alguna preparación en especial son los que los llevan al éxito. En restaurantes de desayunos, el pan de calidad da ese toque que los hace únicos, platillos que solo encuentras en un lugar o que en un lugar en especial, es donde mejor sabe, les garantizan el éxito; bares con bebidas de la casa que son las más pedidas o antros con un concepto muy identificado, hacen que las personas se enganchen y regresen cada semana o quincena.
Podemos nombrar 10 lugares exitosos de la Ciudad Puebla/Cholula y en cada uno se puede identificar muy fácilmente el diferenciador o lo especial del lugar.
¿Pero qué pasa cuando no se tiene ese diferenciador? ¿Qué pasa cuando no hay un concepto bien definido, una oferta de valor bien aterrizada y una operación que se queda corta? Tenemos lugares que únicamente los visitas una vez. Algunas razones pueden ser las siguientes:
- No entiendes a qué vas. Si un lugar (Bar, antro, terraza, café, restaurant) no te permite platicar a gusto, no te permite bailar, no tiene una carta destacable, el cliente se confunde y no sabe a qué regresaría, no tiene claro cuál es el sentido de ir.
- No te ofrece un producto memorable. Venden de todo pero no destaca nada. Bien puedes probar de todo lo que hay, pero si no te engancha nada, es muy probable que no regreses.
- Mezclan conceptos pero no tienen uno propio. Aquí es donde la trampa de lo ecléctico toma un foco importante, porque resulta sumamente confuso entender qué te quieren comunicar cuando no hay algo claro y fácil de entender, es muy fácil sentirte fuera de lugar cuando pasa esto.
- La experiencia deja mucho que desear. Habitualmente, estos son los lugares que tratan de venderse como “únicos e irrepetibles”, donde todo se vive al máximo y es una experiencia que no vas a tener en otro lado, siendo que se echan a la espalda una mochila de expectativa tan pesada, que podrían no cumplirla, porque es muy difícil que alguien que no entiende a que va, que no obtiene un producto o servicio memorable, que se siente fuera de lugar o que por lo menos tiene confusión en el concepto, encuentre exactamente lo que estaba buscando y superen las expectativas que le crearon.
Esta mezcla de contradicciones no hacen de un lugar “un concepto único“, sino exactamente lo contrario, una “falta de concepto” que únicamente puede llevar a un camino: condenar al lugar a que cierre o que adopte los productos y servicios de los que inicialmente se querían alejar, para que puedan encontrar estabilidad.
Por lo anterior, proponemos plantearse seis preguntas para ayudar a aterrizar el concepto y procurar que la experiencia sea lo suficientemente memorable para que las personas regresen:
- ¿Es lo suficientemente claro para las personas lo que van a encontrar en el negocio?
- ¿Las personas esperan algo en específico al venir aquí?
- ¿Hay un producto en especial por lo que regresarían una y otra vez?
- ¿Lo que comunico corresponde con lo que es?
- ¿Qué otros lugares hay como este?
- ¿El concepto lo puedo explicar de manera muy sencilla en menos de 4 frases?
Teniendo en cuenta esto, es muy probable que se pueda dirigir de mejor manera el concepto de negocio, aterrizándolo a una comunicación efectiva y dirigida para el público objetivo, para que de esta manera, se pase la prueba de fuego que significa el mercado poblano.
Opinión| Aeroplano.